El MUS, Una visión Jurídica y Financiera


Realizado por Javier Alonso y Jorge Suárez

Tras un trabajo de investigación sobre el Mecanismo Único de Supervisión, fruto de la colaboración entre alumnos de las Facultades de Derecho y Económicas, les presentamos este artículo con los resultados más interesantes que hemos obtenido. Se basa en dos opiniones personales desde el punto de vista financiero y desde el punto jurídico junto con una tabla informativa de las entidades españolas directamente supervisadas por el Banco Central Europeo.
A modo introductorio hay que decir que el MUS es el primer pilar de la Unión Bancaria, el último instrumento de la Unión Europea para dar respuesta a la reciente crisis financiera, la cual se caracterizó por una fuerte fragmentación con efectos distintos según los países. A grandes rasgos, el MUS trata de fortalecer la supervisión sobre las entidades financieras europeas encargando al BCE la de las más significativas y a las autoridades nacionales competentes las de las menos significativas.
El análisis jurídico del MUS se enfocó en su marco normativo, base legal y proceso de constitución, extrayendo una serie de conclusiones adicionales.
En poco más de tres años, el proyecto del MUS ha pasado de ser un mero compromiso político a constituir una realidad. El proceso para su creación ha sido un éxito: se ha creado el marco legal del nuevo mecanismo, se han acometido las transformaciones necesarias en el BCE y las ANC y se han asumido plenamente las nuevas competencias sin que se hayan producido disfunciones relevantes en el período de transición. No obstante, el MUS continúa teniendo importantes retos por delante. Entre ellos cabe mencionar el establecimiento de un marco de cooperación efectivo con las autoridades que configuran el nuevo marco europeo de resolución, evitando en la medida de lo posible que se produzcan duplicidades. Asimismo, ante la creciente demanda de una mayor transparencia en el ámbito de la supervisión prudencial, el MUS deberá explicar su modelo supervisor, sus prioridades y sus perspectivas en relación con el tono de la política supervisora, algo que resulta esencial en un contexto caracterizado por el progresivo endurecimiento de las exigencias para las entidades del crédito derivadas de los cambios recientes en la regulación.
En este valoración se ha querido reflexionar acerca de los retos más directamente relacionados con la necesidad de interacción entre el BCE y las ANC en el marco del MUS. Entre las conclusiones de dicho análisis cabe destacar las siguientes:
- En primer lugar, deben articularse mecanismos para asegurar el máximo aprovechamiento de la experiencia y las capacidades de las ANC. En este sentido, es importante encontrar un equilibrio entre las ganancias asociadas a una mayor centralización y las ventajas de los supervisores nacionales en términos de acceso a la información y conocimiento de las peculiaridades culturales y legales de cada sistema bancario.
- En segundo lugar, parece deseable promover una cultura basada en la cooperación y la confianza mutua, en la que los empleados de las ANC tengan un papel relevante, acorde con sus conocimientos y experiencia, potenciando así su plena implicación en el funcionamiento del nuevo mecanismo. La movilidad intra-MUS y el contacto continuado deben ser factores que contribuyan al éxito de esta cultura integradora. 
- Finalmente, el MUS debe avanzar hacia la plena armonización de las prácticas supervisoras, identificando las mejores prácticas a nivel internacional y aprovechando la experiencia acumulada por las ANC a lo largo del tiempo. La diversidad de partida en los enfoques supervisores de las ANC debe ser aprovechada para valorar los pros y los contras de cada modelo y elegir aquellos que contribuyan en mayor medida al objetivo de contar con una supervisión coherente y de calidad en todos los países participantes. En este sentido, deberá encontrarse un balance adecuado entre los análisis de tipo prospectivo (como la evaluación de los modelos de negocio) o cualitativo (como la evaluación de los riesgos de conducta o el análisis de la gobernanza) y la atención debida a la calidad de la información financiera que constituye la base para apreciar la solvencia de las entidades.

El análisis financiero examinó el funcionamiento del MUS, los criterios de significatividad y su financiación, además de elaborar una tabla con información relativa a la totalidad de las entidades supervisadas por el BCE.
La Unión Europea ha aportado numerosos beneficios a sus ciudadanos desde que comenzara su construcción tras la Segunda Guerra Mundial. Conviene recordar que su origen y razón de ser primordial se basaban en la cooperación económica en aras de evitar que los europeos volvieran a entre sí. Bajo esta premisa Europa eliminó sus fronteras a través de sus cuatro grandes creaciones: la libertad de circulación de movimientos, de mercancías, de servicios y de capitales, que han permitido a nuestras sociedades progresar más que nunca en nuestra historia.
Sin embargo, frente a estos avances innegables, la Unión Europa ha degenerado en un mastodonte burocrático centralista y controlador debido a la naturaleza expansiva de los Estados. En concreto, en materia monetaria a través del BCE y el MUS, que son el objeto de nuestro estudio.
En esta ocasión, el argumento para aumentar control del BCE fue la fragmentación que ocasionó la reciente crisis del euro y que ha asolado Europa en los últimos años, si bien de forma desigual. De hecho, el principal problema de la Unión Monetaria y el euro es que ab initio se cometió el error de integrar bajo el mismo paraguas y bajo las mismas condiciones a Estados y economías muy poco parecidas entre sí. No se trata de que hubiese poco control o poca supervisión, se trata más bien de que es muy complicado, por no decir imposible, aplicar una misma política monetaria (tipos de interés, tipos de cambio, emisión de moneda), al margen de la opinión acerca de su uso, a países tan dispares como pueden ser Alemania y Grecia o España y Suecia. Lo único que se ha conseguido ha sido facilitar un efecto contagio de unas economías a otras que ha terminado por lastrar al conjunto de la zona euro.
Y todo ello sin olvidar que la verdadera culpa de esta crisis corresponde principalmente la propia manipulación que ejercen los Bancos Centrales sobre los tipos de interés conduciéndonos inexorablemente a cíclicas burbujas crediticias. Si bien es un debate extenso en el que no conviene entrar aquí.
Por lo tanto, el error inicial fue integrar bajo el BCE economías muy diferentes, lo que deriva en que las políticas monetarias tengan efectos dispares e incluso contrarios dependiendo del Estado y que estos se contagien entre sí, generando un circulo vicioso. Sin embargo, debo reconocer que, una vez el mal esta hecho y existen riesgos comunes que requieren de medidas de contingencia coordinadas, puede ser conveniente que el BCE sea quien armonice criterios supervisando la globalidad del sistema financiero y rezar para que sea capaz de responder ante la siguiente crisis. 
En cualquier caso, la preocupación es grande al observar que las políticas comunes y las distintas y variadas uniones no parecen tener fin ni horizonte y que la Unión Europea se esta convirtiendo en algo muy distinto a lo que fue en su elogiable origen, ocasionando cada vez más problemas de los que es capaz de resolver.

Por último, hemos extraído de la tabla de entidades significativas una muestra compuesta de las entidades españolas consideradas significativas.

 

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